Anam Cara ("Hermana del Alma¨"o "Alma Gemela" en gaélico) es el tercer disco de música Handpan de Marcos Úbeda, un multi-instrumentista y compositor salmantino, residente entre Valladolid y el Reino Unido, que descubre el Handpan en el año 2015 en Londres, donde después de diversas aventuras musicales en España rondando los estilos más rockeros y folkies americanos, como su participación en la conocida banda "Arizona Baby", se instala y comienza a investigar con otros estilos e instrumentos más etéreos, vibracionales o tradicionales de culturas del mundo, sumandose a otros músicos en asociaciones como Urban Shamans, o el Didjeridoo London Group.
En este caso se trata de un proyecto muy especial. Un disco de Handpan con voces de mujeres cantantes de distintos países del mundo. En cada canción cada una de ellas aporta su visión, su sensibilidad, su cultura, su manera de cantar y sentir la música sobre la base de Handpan y otros instrumentos creados previamente. Se trata de 10 canciones junto 9 cantantes de 7 países (Francia, Inglaterra, Alemania, Italia, USA, Turquia y España). Además el disco cuenta con la colaboración especial en uno de sus temas de otros músicos de la India y Marruecos.
Este proyecto que ha tardado casi dos años en gestarse, es en definitiva, un disco que quiere resaltar la belleza de la multiculturalidad, de la mezcla de estilos en la música, de la fuerza de la mujer y sobretodo de la colaboración entre personas.
Y dentro de esos aspectos, una clara tendencia, como hilo conductor, del sonido hipnótico, tráncico y espiritual de las músicas tradicionales de los pueblos indígenas norteamericanos, una tendencia musical y estética que ha caracterizado a éste player en toda su carrera musical, y que se puede apreciar claramente en éste álbum. Marcos Úbeda es un percusionista técnico, preciso, con una destreza y sentido del ritmo poco habituales, que hacen de su toque en el Handpan una base sólida y clara sobre la que desarrollar cualquier composición, y que ayuda mucho a generar esas sensaciones tribales que dominan éste trabajo, y sobre el que las voces elaboradas, llenas de armonías especiadas y exóticas que lo acompañan, pueden volar y expresarse libremente aportando profundidad y significado.
Éste artista conoce el trabajo musical en equipo debido a su bagaje, y es algo que también se aprecia en éste trabajo, proporcionando la estructura necesaria através de su solidez ritmica y armónica con el Handpan, pero dejando constantemente el espacio necesario para el protagonismo de las voces y los arreglos con otros instrumentos, relegando a pasajes muy concretos el desarrollo melódico de su instrumento, sin intención de monopolizar la mezcla, pero aportando ese componente etéreo y mágico que transmite. A pesar de que el Handpan es prácticamente el único instrumento principal que proporciona la sonoridad, no se percibe pesado ni repetitivo, si no que en todo momento se siente como la manta suave y constante que sustenta al resto, instrumentos como el Shuruti, los shakers o la guitarra, sonidos que van brotando a lo largo del disco, sutil y esporádicamente, y que ayudan a generar la sensación general natural, orgánica y humana, que son el sello característico de éste cuidado y mimado trabajo.
Este aspecto tribal, orgánico y espiritual se aprecia muy bien en "Morei Morei" junto a Marya Stark, el tema que abre el disco, donde la ritmica del Handpan baila en un trance hipnótico de sabores que recuerdan a las danzas indígenas de tribus esteparias, junto a elementos sonoros no siempre relacionados como el Shuruti y shakers que amplifican ésta sensación, dando la base sólida para el sustento de una armonía de voces que se superponen en diferentes tonalidades y juegos entre sí, aportando el contenido sensorial y emocional y que termina de redondear éste viaje hacia espacios etéreos chamánicos misteriosos.
Sin embargo en la siguiente pieza, "Cabalgaremos las nubes" junto a Maria Desbordes, nos encontramos con un sonido de Handpan clásico, desnudo, cabalgando en amalgama tranquila através de toda la primera parte, sirviendo de sencilla montura a una voz que en castellano se expresa entre registros de todo tipo, destacando la capacidad de moverse con destreza entre los tonos más agudos, generando coros de gran equilibrio y muy interesantes a nivel armónico. La propuesta finaliza acelerando notablemente la ritmica, conviertiéndolo en un frenético y dinámico groove, donde se puede apreciar perfectamente la precisión y solidez en el toque de éste player vallisoletano.
Para volver en la siguiente propuesta, "Calm after the rain" junto a Amy Naylor, a una intención tráncica en su fondo, desvelada en ésta ocasión no tanto por el Handpan, si no por la propia voz repitiendo versos cortos constantemente, de nuevo una reminisencia de la cultura musical indígena de américa del norte, aunque al mismo tiempo es imposible no embeberse de sensaciones que bien podrían nacer en lugares de la espiritual Asia y sus sonidos meditativos.
La cuarta pista en cambio, "Kara Kaslar", la única de éste trabajo en el que colaboran más artistas además del Handpan y la voz, nos traslada a los ambientes más exóticos de la sonoridád árabe, liderados por la voz de Refika Scheufele cantando en turco. Una base sonora más ritmica que en otros temas, el Handpan se acompaña en ésta composición de otros instrumentos de percusión que apoyan el caminar algo más dinámico, y sobretodo destaca el acompañamiento poco habitual de una guitarra electrica muy bien buscada en sus arreglos, que aportan un color bluegrass familiar a ésta mezcla llamativa, y que junto a la potencia de las consonantes fuertes que la voz despliega dan al conjunto una fuerza característica.
Y para introducir el toque urbano en el caleidoscopio sonoro que es éste disco, "I am" junto a Leah Vee aparece en el catálogo, un rap al estilo más británico, pero que sin embargo no se aleja musicalmente de la intención hipnótica tribal del disco (reminiscencia quizás de proyectos de éste artista como "Urban Shamans")gracias al constante beat realizado por el Handpan, que nos sorprende con arreglos puente muy del también británico drum and bass, y a la repetición constante de frases cortas, pero con gran significado psicológico en cuanto a procesos internos del ser humano. El final del tema nos despide con unos cuantos pasajes donde, de nuevo, podemos disfrutar de frases melódicas precisas y muy ritmicas del estilo personal de éste player.
"Whisper of the Spirits" junto a Isabella Catelliano, que vuelve a retomar el espítitu nativo hipnótico del comienzo del disco en su intención chantica y tribal, y "Frei Geboren" que nos lleva de nuevo a la amalgama sencilla del sonido del Handpan, junto a la voz de Sonje Kämpken que recita en alemán lo que parece una oda a la libertad, para terminar con unos arreglos guitarristicos de sonido folk americano con muy buen gusto, preceden a uno de los temas más especiales del disco. "Tan D,Andour", junto a Maria Desbordes, ofrece una de las melodías más pegadizas y elaboradas del disco, que sonando al unísono en los estribillos junto al Handpan, transportan a lugares lejanos y desconocidos. El sonido del bretón junto al francés en las letras ya aporta un toque mágico a la receta, que junto al ambiente juquetón de la manera de cantar y la ritmica del Handpan, redondean ésta propuesta dulce, emocional y a la vez divertida.
"Day Light", junto a Maria Milonga, es un regalito, un bombón, una delicia sonora que nos arrastra por diferentes sentires, que ya desde el principio nos recuerda al hilo general de éste trabajo haciendo énfasis en el juego ritmico de la voz con dos palabras que se estiran y acortan sobre la base del Handpan cayendo en diferentes lugares, como una oración chamánica, sumándole coros en golpes de voz cortos y concretos, que agudizan la sensación de desconcierto en esta suerte de canon psicodélico. El núcleo de la composición se transforma en un veloz groove, donde comienza a despertar de nuevo una sección donde abundan los arreglos de guitarra acústica.
Y para finalizar, el trabajo se despide con, ahora si, una clara y concisa alusión a la música nativa americana a la que éste player es tan aficionado, y usa como marca personal en todos sus trabajos. El tema es "Cante Waste Hksila" junto a Stephanie Big Eagle, que canta en el idioma original del pueblo Sioux del que es descendiente, donde ya sin mezcla o alusiones a otros estilos, se percibe claramente la intención espiritual de los cánticos sagrados de éstas culturas. El Handpan avanza lentamente junto al pandero, creando esas sensaciones ritmicas pesadas y fuertes, y rodeado de sonidos naturales como el agua, animales y tormenta, trata de recrear el espacio natural donde antiguamente el ser humano se juntaba para conectarse consigo mismo, y la naturaleza que lo reodeaba. Pequeños elementos como el shaker o la ocarina, terminan de darle el toque orgánico, profundo e instintivo a un sonido, que resume la intención artistica, musical y conceptual de éste precioso álbum.
En definitiva, un trabajo muy especial y único, ya que no es habitual encontrar discos enteros dedicados al Handpan y a la voz femenina como protagonista. Si es cierto que en los ultimos meses estamos conociendo trabajos en ésta línea, y artistas como Mumi, Lewa, o la última publicación de Pepe Toscano dedican un espacio a la voz puntualmente, pero es la primera ocasión en que se puede disfrutar de algo así durante 10 canciones seguidas, en cada una con una voz y estilo diferente.
Un disco para escuchar con tranquilidad y saborear con detalle el trabajo elaborado de éste player y sus composiciones realizadas con profesionalidad, sensiblidad y enfoque colaborativo, donde el Handpan proporciona un mágico vehículo sonoro que transporta voces personales armonizadas que ponen los pelos de punta y transportan hacia lugares intimos, naturales, y que se sienten conectadas con los aspectos más primitivos del ser humano.