El pasado viernes 8 de Marzo, coincidiendo con el día de la mujer, Quentin Kayser, un músico muy interesante de la escena Handpan en Francia, ha publicado su último trabajo de estudio a manos de sus Handpan, Healing, trabajo que homenajea a los fabricantes de instrumentos, y a la potente relación que existe entre éstos y los músicos, un álbum donde el Handpan es el protagonista pero que también incluye sonidos como el Duduk, el piano, o la voz, de una manera sutil y muy bien incorporados a la mezcla final,y que hacen de éste trabajo en conjunto uno de esos álbums para mostrar a alguien que no conoce éste instrumento, para que se enamorara de su sonoridad, de las armonías y melodías energizantes y a la vez pacificadoras como las que éste artista sabe expresar, ofreciendo a la vez una atención y protagonismo subyacente pero constante a los patrones rítmicos trabajados e interesantes que todo oído gustoso agradece.
Un ávido viajero y multi-instrumentista, Quentin Kayser ha desarrollado su pasión por la música desde muy joven. Autodidacta, comenzó a componer instintivamente al explorar los sonidos y las diferentes armonías que le ofrecían los instrumentos que pasaban por sus manos. Después de 25 años de exploraciones profundas en piano, guitarra, percusión, flauta bansuri y voz, Quentin tocó el Handpan por primera vez en 2011, Gracias a Steve Shehan (Hadouk Trio) que le permitió probar sus propios Handpan.
Este día fue el primer día de su nueva creatividad musical, rítmica y armónica. Después de 6 años de exploraciónes con este instrumento mágico, Quentin decide compartir su música públicamente, tocando los corazones y las almas de quienes lo escuchan.La música que sale de sus manos se convierte en su arte y pasión.
Pasión que se ve reflejada en éste cuidado y mimado trabajo, 14 temas donde el Handpan toma el protagonismo completo llenando completamente el espacio y atrapando enseguida los sentidos y calmando el espíritu, ya que éste músico es paciente en su interpretación, permitiéndo a los silencios desvanecerse con el sustain eterno y dejando que cada historia se desarrolle sin prisa, incluso en los temas más dinámicos, construyendo emocionalmente unas evoluciones con sentido que poco a poco sumergen en el viaje propuesto por éste artista, con un sonido de armonías inspiradoras que, sumado a las ritmicas irregulares que predominan en todo el trabajo, generan una atmósfera impredecible y misteriosa.
Porque es evidente que el artista ha querido dar protagonismo en éste álbum a patrones rítmicos menos comunes en la música que estamos habituados a escuchar, entremezclándolos con grooves y rítmicas más típicas, seguramente para utilizar la asimétria que producen y generar en el oyente sensaciones diferentes pero sin llegar a ser ininteligibles, que junto a las armonías exóticas y la ayuda de otros instrumentos y su voz, ayuda a sumergirse en ese espacio sin tiempo que hay en ésta propuesta. Como ya en el comienzo, "Anapurna", un tema muy optimista donde el cuerpo central es un beat en 4 tiempos, pero salpimentados con arreglos y pasajes en polirritmia que generan una sensación de vaivén . O sietes más obvios como en "Vipassana" o "Iron & Wood",con melodías muy trabajadas y ensoñadoras, y amalgamas interesantes con su melodía jazzera enfatizada con la voz.
En cuanto a sensaciones y ambientes, es un trabajo que a pesar de estar limitado en armonía, aprovecha bien las posibilidades y ofrece trabajos en conjunto con sonidos como el Duduk, una flauta muy típica de la música Iraní que pone los pelos de punta y traslada con su hablar ancestral y profundo a otros tiempos y lugares,y que en temas como "We share the planet" participa con muy buen gusto y sensibilidad a pesar de ser virtual, o el piano bien traido de "Kucheza", tema muy tranquilo también en un 7 con mucha fluidez. Es de destacar también la dinámica que este artista instroduce en todas sus interpretaciones, elemento que suma a las ya de por sí inspiradoras melodías que predominan en el álbum, generando una conexión emocional con su arte al instante.
Por último hay que mencionar el resultado de la grabación y la mezcla final, cosa muy importante en un trabajo en el que el Handpan es elemento principal, y que en éste caso es muy equilibrado y cuidado en cuanto al respeto y embellecimiento de las frecuencias a veces tan dificiles de captar de éste instrumento. Parece ser que Quentin Kayser ha contado para estos menesteres con la experiencia de Alexandre Chaigne, productor de los trabajos de estudio de artistas Handpan franceses como Laurent Surreau, sus bandas Olojí o Twin Pan, una buena oleada de músicos de calidad que da nuestro país vecino, como es tradición en una nación que siempre ha promovido la educación en las artes y siempre ha dado al mundo proyectos musicales interesantes y muy personales.
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